martes, 9 de mayo de 2023

Lo bueno, lo malo y lo feo del impacto de las tecnologías disruptivas en el trabajo

 

 

 

Por Dayana Cristina Duzoglou

Twitter: dduzoglou

“El espíritu humano debe prevalecer sobre la tecnología.”

Albert Einstein

 

I. Introducción

 

El trabajo es una actividad fundamental para el desarrollo humano, tanto a nivel individual como colectivo. A lo largo de la historia, el trabajo ha experimentado numerosos cambios debido a la evolución de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad. En la actualidad, estamos viviendo una nueva revolución tecnológica que está transformando radicalmente el mundo laboral: la revolución de las tecnologías disruptivas o Cuarta Revolución Industrial.

Isaac Newton dijo sabiamente que, “lo que sabemos es una gota; lo que ignoramos es un océano” y las tecnologías disruptivas nos están llevando a un mundo totalmente nuevo del cual seguramente solo sabemos poco.

Las tecnologías disruptivas son aquellas que crean nuevos mercados, productos o servicios que desplazan o sustituyen a los existentes, generando un impacto significativo en la industria, la cultura y la sociedad. Algunos ejemplos de estas tecnologías son la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología y la impresión 3D.

¿Qué consecuencias tiene esta revolución para el trabajo? Según diversos estudios y proyecciones, las tecnologías disruptivas pueden afectar al trabajo en varios aspectos, tales como:

La creación y destrucción de empleos: Las tecnologías disruptivas pueden generar nuevas oportunidades laborales, pero también pueden eliminar o reducir algunas ocupaciones o tareas que se vuelven obsoletas o automatizables.

La transformación de las competencias y habilidades: Las tecnologías disruptivas pueden exigir a los trabajadores el desarrollo de nuevas capacidades y conocimientos para adaptarse a los cambios y a las demandas del mercado laboral.

La modificación de las formas y condiciones de trabajo: Las tecnologías disruptivas pueden facilitar el acceso al trabajo, pero también pueden modificar las relaciones laborales, los derechos y deberes de los trabajadores, la organización del tiempo y el espacio de trabajo, la seguridad y salud laboral, etc.

Estos son algunos de los aspectos que analizo en este artículo, explorando lo bueno, lo malo y lo feo del impacto de las tecnologías disruptivas en el trabajo.

 El filósofo francés Paul Virilio creía que “el futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer”. Por eso, mi objetivo es reflexionar sobre cómo podemos utilizar estas tecnologías para mejorar nuestras condiciones laborales, nuestra productividad y nuestra creatividad, sin renunciar a los valores éticos y sociales.

II. Lo bueno

 


Las tecnologías disruptivas no solo suponen un desafío, sino también una oportunidad para mejorar el trabajo en muchos aspectos. Entre los beneficios que pueden aportar estas tecnologías al ámbito laboral, tanto para los trabajadores como para las organizaciones tenemos:

  • Mejora de la eficiencia y productividad en el trabajo: Las tecnologías disruptivas pueden ayudar a optimizar los procesos, los recursos y los resultados del trabajo, aumentando la calidad, la velocidad y la rentabilidad de las actividades laborales. Gracias a estas tecnologías, los trabajadores pueden acceder a más información, comunicarse mejor, resolver problemas más fácilmente y generar soluciones más innovadoras. Como dijo el inventor estadounidense Thomas Edison: “No hay sustituto para el trabajo duro, excepto quizás el ingenio”.
  • Aumento de las oportunidades de teletrabajo y flexibilidad laboral: Las tecnologías disruptivas pueden facilitar el trabajo a distancia, permitiendo a los trabajadores realizar sus tareas desde cualquier lugar y en cualquier momento, sin necesidad de desplazarse a una oficina o a un centro de trabajo. Esto puede suponer una ventaja para conciliar la vida laboral y personal, reducir los costes de transporte y alojamiento, ampliar el mercado laboral y favorecer la inclusión de personas con discapacidad o con dificultades de movilidad.
  • Automatización de trabajos repetitivos y peligrosos: Las tecnologías disruptivas pueden sustituir o complementar a los trabajadores humanos en aquellas tareas que son monótonas, rutinarias o que implican un riesgo para la salud o la seguridad. Esto puede liberar a los trabajadores de cargas físicas o mentales innecesarias, permitiéndoles dedicarse a otras actividades más creativas, complejas o gratificantes.
  • Facilitación de la formación y el aprendizaje en línea: Las tecnologías disruptivas pueden ofrecer nuevas posibilidades para la educación y la capacitación de los trabajadores, brindando acceso a contenidos digitales, plataformas virtuales, simuladores interactivos o sistemas inteligentes que se adaptan al ritmo y al nivel de cada usuario. Esto puede contribuir a mejorar las competencias y habilidades de los trabajadores, así como a fomentar su motivación y su desarrollo profesional.


III. Lo malo

 


Las tecnologías disruptivas no solo suponen una oportunidad, sino también un desafío para el trabajo en muchos aspectos. Aquí algunos de los inconvenientes que pueden acarrear estas tecnologías al ámbito laboral, tanto para los trabajadores como para las organizaciones.

  • Pérdida de empleos debido a la automatización: Las tecnologías disruptivas pueden eliminar o reducir la demanda de algunos trabajos o tareas que se vuelven obsoletos o automatizables por las máquinas. Según un estudio de McKinsey, entre el 40 y el 50% de las actividades laborales actuales podrían ser automatizadas con las tecnologías existentes o en desarrollo, lo que podría afectar a entre 400 y 800 millones de trabajadores en todo el mundo para el año 2030. Esto puede suponer un riesgo para la estabilidad y la calidad del empleo, especialmente para aquellos trabajadores con menor cualificación o especialización. Un ejemplo de esta amenaza es el caso de la inteligencia artificial, que, según una investigación de Goldman Sachs, podría ocasionar una disrupción en el mercado laboral que afectaría a 300 millones de empleos en todo el mundo, sobre todo en los sectores de servicios y administración.
  • Dependencia excesiva de la tecnología en el trabajo: Las tecnologías disruptivas pueden generar una mayor dependencia de los trabajadores y las organizaciones respecto a los dispositivos, las plataformas y los sistemas tecnológicos que utilizan para realizar sus actividades laborales. Esto puede implicar una pérdida de autonomía, de control y de capacidad crítica, así como una mayor vulnerabilidad ante posibles fallos, errores o ataques informáticos que puedan afectar al funcionamiento o a la seguridad de la tecnología.
  • Dificultad para mantener la privacidad y seguridad de los datos personales: Las tecnologías disruptivas pueden facilitar el acceso, el almacenamiento y el procesamiento de grandes cantidades de datos personales de los trabajadores, tales como su rendimiento, su ubicación, su salud o sus preferencias. Esto puede suponer una amenaza para la privacidad y la seguridad de los trabajadores, si no se garantiza un uso adecuado, ético y legal de esos datos por parte de las organizaciones o de terceros. Edward Snowden señala que “decir que no te importa el derecho a la privacidad porque no tienes nada que ocultar es lo mismo que decir que no te importa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir”.
  • Posible aumento de la desigualdad laboral y social: Las tecnologías disruptivas pueden acentuar las diferencias entre los trabajadores y las organizaciones que tienen acceso y capacidad para utilizarlas y aquellos que no. Esto puede generar una brecha digital que se traduzca en una brecha laboral y social, afectando a las oportunidades, los ingresos y el bienestar de las personas. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, el 60% de la población mundial todavía no tiene acceso a internet, lo que limita sus posibilidades de participar en la economía digital.

 

IV. Lo Feo


 

Aquí algunos de los aspectos más controvertidos o problemáticos que pueden surgir por el uso o el abuso de estas tecnologías en el ámbito laboral, tanto para los trabajadores como para las organizaciones.

  •  
  • Posibilidad de una mayor exclusión laboral y social para aquellos que no tienen acceso a la tecnología: Las tecnologías disruptivas pueden generar una brecha digital que se traduzca en una brecha laboral y social, afectando a las oportunidades, los ingresos y el bienestar de las personas. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, el 60% de la población mundial todavía no tiene acceso a internet, lo que limita sus posibilidades de participar en la economía digital. Esto puede suponer una desventaja competitiva y una marginación para aquellos trabajadores y organizaciones que no disponen de los recursos o las competencias necesarias para acceder y utilizar las tecnologías disruptivas.
  • Potencial deshumanización del trabajo y la falta de interacción interpersonal: Las tecnologías disruptivas pueden provocar una pérdida de contacto humano y una reducción de la empatía y la confianza entre los trabajadores y las organizaciones. Según un estudio de Deloitte, el 80% de los trabajadores estadounidenses tendrán al menos un 10% de sus tareas afectadas por sistemas como ChatGPT y tecnologías similares, lo que podría disminuir la comunicación y la colaboración entre las personas. Esto puede afectar a la calidad de las relaciones laborales, al clima organizacional y a la satisfacción de los trabajadores.
  • Riesgo de agotamiento y estrés laboral debido a la conectividad 24/7: Las tecnologías disruptivas pueden facilitar el trabajo a distancia, pero también pueden aumentar la presión y la exigencia sobre los trabajadores, que se ven obligados a estar disponibles y conectados en todo momento y lugar. Según un estudio de Sintelly, el uso excesivo o dependiente de la tecnología en el trabajo puede causar distracciones, interrupciones, sobrecarga de información y dificultad para desconectar. Esto puede generar estrés, ansiedad, fatiga y burnout en los trabajadores.

V. Conclusiones

 


Como hemos visto, las nuevas tecnologías pueden ofrecer grandes oportunidades para mejorar la eficiencia, la innovación y la calidad del trabajo, pero también pueden generar grandes desafíos para la empleabilidad, la seguridad y la equidad de los trabajadores. 

 

 

Algunos de los dilemas y los problemas que pueden surgir por el uso o el abuso de estas tecnologías en el ámbito laboral pueden llevar a la exclusión, la deshumanización o el estrés.

Ante este panorama, ¿qué podemos hacer para aprovechar los beneficios de la tecnología mientras mitigamos los posibles riesgos? Creemos que la respuesta está en adoptar una actitud crítica, responsable y proactiva frente a la tecnología. Esto implica:

  • Informarnos y formarnos sobre las tecnologías disruptivas y sus implicaciones para el trabajo.
  • Utilizar las tecnologías disruptivas de forma ética, legal y sostenible, respetando los derechos y deberes de los trabajadores y las organizaciones.
  • Buscar un equilibrio entre el uso de la tecnología y el cuidado de nuestra salud física y mental, así como de nuestras relaciones humanas.
  • Desarrollar nuestras competencias y habilidades para adaptarnos a los cambios y a las demandas del mercado laboral, así como para crear nuevas oportunidades profesionales.
  • Participar en el diseño y la regulación de las tecnologías disruptivas, velando por que sean inclusivas, accesibles y justas para todos.

El futuro del trabajo está en nuestras manos. La tecnología es una herramienta poderosa, pero somos nosotros quienes debemos decidir cómo usarla. Como dijo el escritor estadounidense Alvin Toffler: “El analfabeto del siglo XXI no será aquel que no sepa leer y escribir, sino aquel que no sepa aprender, desaprender y reaprender”.

Aprendamos a usar las nuevas tecnologías para mejorar la forma en que trabajamos y también para mejorar nuestra vida y nuestras oportunidades.

Fuentes:

Beer, P., & Mulder, R. H. (2020). The effects of technological developments on work and their implications for continuous vocational education and training: A systematic review. Frontiers in Psychology, 11. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2020.00918

 Deloitte. (2016). Positive technology: Designing work environments for digital well-being. https://www2.deloitte.com/us/en/insights/focus/behavioral-economics/negative-impact-technology-business.html

El Mundo. (2023). La inteligencia artificial pone en riesgo 300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo. https://www.elmundo.es/tecnologia/2023/03/29/64248311fdddffab0b8b45cf.html

Goldman Sachs. (2023). Disruptive technologies: Advances that will transform life, business and the global economy. https://www.goldmansachs.com/insights/pages/disruptive-technologies.html

International Labour Organization. (2019). Work for a brighter future: Global commission on the future of work. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@cabinet/documents/publication/wcms_662410.pdf

McKinsey Global Institute. (2017). A future that works: Automation, employment and productivity. https://www.mckinsey.com/~/media/mckinsey/featured%20insights/Digital%20Disruption/Harnessing%20automation%20for%20a%20future%20that%20works/MGI-A-future-that-works_Full-report.ashx

Primack, B.A., Shensa, A., Sidani, J.E., Whaite E.O., Lin L.Y., Rosen D., Colditz J.B., Radovic A., & Miller E. (2017). Social media use and perceived social isolation among young adults in the U.S. American Journal of Preventive Medicine, 53(1), 1–8. https://doi.org/10.1016/j.amepre.2017.01.010

Sintelly. (2020). 5 Advantages and disadvantages of technology in the workplace. https://sintelly.com/articles/advantages-and-disadvantages-of-technology-in-the-workplace

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