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lunes, 6 de febrero de 2023

Inteligencia artificial (IA), democracia y libertad

 


 

 

"La mejor manera de predecir el futuro es crearlo"

Javier Foubert

 

En los últimos años, el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) ha acelerado a un ritmo asombroso, con aplicaciones que van desde la automatización de tareas domésticas hasta el diseño de vehículos autónomos. Esta tecnología está, desde ya, transformando nuestra sociedad de manera profunda, y se ha convertido en un tema de discusión en el debate social y político. A medida que la IA se vuelve más sofisticada, se plantean importantes preguntas sobre el futuro de la sociedad global, la democracia y la libertad.

Inteligencia artificial y democracia

 En primer lugar, hay que preguntarse cómo influirá la IA en la democracia. Se ha postulado que la IA puede mejorar la calidad de la democracia y puede tener un impacto significativo ya que, con el uso de la IA, puede mejorar la toma de decisiones en los gobiernos, ayudando a los líderes a tomar iniciativas informadas basadas en datos y análisis. Esto podría reducir la corrupción y mejorar la eficiencia de la toma de decisiones. A su vez, esto podría mejorar la naturaleza de la democracia, ya que mejoraría el acceso a la información para todos los ciudadanos. Por otro lado, la IA también podría aumentar la vigilancia, lo que podría amenazar la privacidad de los ciudadanos y reducir la libertad política.

El mejor ejemplo de vigilancia es la ejercida por gobierno chino que ha estado utilizando la Inteligencia Artificial para implementar un sistema de vigilancia en todo el país, conocido como el crédito social chino. El sistema rastrea a los ciudadanos y les otorga un puntaje basado en su comportamiento cívico, lo que les permite obtener diferentes beneficios (o perderlos) según su puntaje. Esto ha creado una forma de control social basada en la IA, lo que ha provocado mucha preocupación entre los defensores de los derechos humanos.

En contraste, El gobierno de Taiwán ha estado utilizando la Inteligencia Artificial para mejorar la toma de decisiones y mejorar la eficiencia gubernamental. Por ejemplo, el gobierno ha implementado un sistema basado en la IA para ayudar a los funcionarios a tomar decisiones más informadas sobre políticas públicas. El sistema recolecta y analiza datos de numerosas fuentes para ayudar a los funcionarios a identificar patrones y tendencias, lo que puede ayudar a los funcionarios públicos a tomar decisiones que realmente tengan una repercusión. Además, el gobierno también ha estado utilizando la IA para mejorar la transparencia gubernamental, lo que permite a los ciudadanos acceder a información importante sobre el gobierno y las políticas. Esto permite a los votantes tomar mejores decisiones en las elecciones.

Taiwán es quizás el primer ejemplo de democracia digital que actúa en pro de la  participación ciudadana en la toma de decisiones. Esto se basa en una democracia directa con tecnología de inteligencia artificial para ayudar a los ciudadanos a entender mejor los temas y ofrecerles herramientas para tomar iniciativas informadas. Esta democracia digital incluye una plataforma de votación donde los ciudadanos pueden votar en línea sobre temas importantes. Los resultados del voto se usan para ayudar a los funcionarios a tomar acciones acertadas y positivas. También, hay sistemas basados en la IA para ayudar a los ciudadanos a comprender mejor los temas y formar mejores opiniones. Esto ayuda a los ciudadanos a tener mayor influencia en la política.

Inteligencia artificial y libertad

 

La inteligencia artificial despierta innumerables preguntas cuando se piensa en libertad y en derechos humanos.

Además, hay que preguntarse cómo afectará la IA a nuestra sociedad en su conjunto. La IA puede ayudar a los gobiernos a tomar mejores medidas, pero también puede tener un efecto negativo en los empleos tradicionales. La automatización de tareas realizadas por humanos podría resultar en menos empleos, lo que podría tener un efecto negativo en el bienestar de la sociedad.

También, hay que preguntarse qué papel deberían desempeñar los humanos en una sociedad que se basa en la inteligencia artificial. Los humanos deben tomar el control de la tecnología para asegurarse de que se aplique de manera ética, justa y responsable. Los humanos también deben ser conscientes de los riesgos de la IA, incluyendo la vigilancia masiva, la discriminación y la privacidad y deben trabajar para asegurarse de que la IA no sea usada para perjudicar a los individuos. Los avances en IA deben ser acompañados de una profunda reflexión política para asegurarse de que se mantengan los derechos democráticos y la libertad individual.

Quizás no nos demos cuenta, pero, el desarrollo de la Inteligencia Artificial está cambiando nuestra sociedad de manera significativa. Esta tecnología plantea importantes preguntas sobre el futuro de la democracia y la libertad, y se necesita una reflexión bastante compleja y sin sesgos para asegurarse de que los humanos conserven el control de la tecnología y que los avances en IA no se usen para perjudicar a los individuos. La IA puede ayudar a mejorar la democracia y el bienestar de la sociedad, pero también puede limitar la libertad individual. Es crucial que los gobiernos, la industria y la sociedad civil trabajen juntos para asegurarse de que la IA se desarrolle de manera ética, responsable y justa, y de que los derechos democráticos y la libertad individual se mantengan.

Los sistemas de IA plantean cuestiones relativas a la libertad de expresión y la libertad de asociación, por ejemplo.

Los ejemplos más llamativos probablemente procedan de China, donde el régimen utiliza la IA para censurar el discurso relacionado con las protestas contra el bloqueo, entre otras cosas. Pero, para ser claros, las infracciones de la privacidad y la discriminación también se producen en el mundo occidental.

Para avanzar con la IA y aprovechar realmente sus ventajas, los responsables políticos deben tener en cuenta las repercusiones de estas tecnologías en toda la gama de derechos y libertades fundamentales protegidos por instrumentos de derechos humanos como:

 

·         La Declaración Universal de Derechos Humanos

·         Los Pactos Internacionales

·         La Carta de Derechos de Estados Unidos

·         La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea

Efectos positivos de la inteligencia artificial en los derechos humanos

 

Con todas las posibles infracciones de los derechos humanos impulsadas por la IA, uno podría verse tentado a adoptar una postura general contraria a la IA. Pero eso sería un error. Estas tecnologías tienen un enorme potencial, incluso para ampliar los derechos humanos.

Entre los derechos que puede impulsar están:

Atención sanitaria

La IA podría, por ejemplo, tener repercusiones positivas en el derecho a la vida y a la seguridad personal protegidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como en el derecho a la salud garantizado por el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Los escépticos de la IA tienden a pasar por alto los numerosos ejemplos de cómo la IA puede ayudar a promover estos derechos. Pero al evaluar el impacto de una tecnología en los derechos humanos, los observadores no pueden ignorar los beneficios que ofrece. Y no todo es chatear con ChatGPT o crear garabatos con Dall-E.

Por ejemplo, la IA promete ofrecer el "don del tiempo" a los agobiados profesionales de la salud, liberándoles de ciertas tareas que consumen mucho tiempo, como la asignación de recursos, la programación de citas y la toma de notas, para que puedan dedicar más tiempo a los pacientes y ofrecer una mejor atención en general. Con la ayuda de la IA, los médicos podrían dedicar más tiempo a escuchar a sus pacientes y a crear conexiones genuinas.

Los sistemas de IA también podrían contribuir a reducir los errores médicos -un problema real en muchos sistemas sanitarios- y mejorar el rendimiento de los diagnósticos médicos, así como la asignación de recursos en instituciones sanitarias como los hospitales. Por ejemplo, la IA podría utilizarse para optimizar la prescripción de antimicrobianos -en otras palabras, para suministrar la dosis adecuada en el momento adecuado durante el tiempo adecuado- o para identificar en tiempo real a los pacientes con riesgo de infecciones nosocomiales a fin de tratar la infección con rapidez y evitar nuevos contagios.

La IA también podría acelerar el proceso de desarrollo de fármacos. Como se demostró con el desarrollo y la fabricación de vacunas durante la pandemia de coronavirus, un proceso rápido de desarrollo de fármacos es fundamental en tiempos de crisis. Pero el desarrollo rápido de fármacos también puede salvar vidas en épocas no pandémicas. Por ejemplo, los sistemas de IA se utilizan para encontrar tratamientos contra el cáncer, la diabetes y la enfermedad de Parkinson, entre otras enfermedades potencialmente mortales.

 

Educación

La IA podría tener efectos positivos en el derecho a la educación. Las herramientas de traducción impulsadas por sistemas de IA, por ejemplo, podrían permitir a los estudiantes beneficiarse de contenidos a los que de otro modo no habrían tenido acceso debido a las barreras lingüísticas.

También, la IA podría influir positivamente en:

1. Mejorar la detección y prevención de violencia e injusticia en comunidades vulnerables a través de la monitorización de datos.

2. Identificar y reducir la discriminación en el acceso a los servicios básicos.

3. Mejorar la toma de decisiones en el ámbito de la justicia penal y mejorar la transparencia de las decisiones judiciales.

4. Proporcionar información sobre los derechos humanos de manera accesible a personas con discapacidad.

5. Utilizar el aprendizaje automático para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición en los países en desarrollo.

Inteligencia artificial en pro de una sociedad global con libertad económica

 

En su libro, Milton y Rose Friedman decían que "la parte esencial de la libertad económica es la libertad de utilizar los recursos que poseemos de acuerdo con nuestros propios valores: libertad para dedicarnos a cualquier ocupación, emprender cualquier negocio, comprar y vender a cualquier otra persona, siempre que lo hagamos de forma estrictamente voluntaria".

¿Qué necesitamos para apoyar esa libertad? Los avances tecnológicos pueden dar lugar a desigualdades de renta, con mayores ingresos para los trabajadores cuyas cualificaciones se ven complementadas por la tecnología, pero no para aquellos cuyas cualificaciones son sustituidas por ella. Los economistas del Banco de Canadá sugieren: "los mayores beneficios de productividad se producirán en las empresas con procesos de gestión de personas y de toma de decisiones de alta calidad y altos niveles de capital humano".

Desarrollar el capital humano requiere educación. En el pasado, había que dedicar mucho tiempo a rebuscar en bibliotecas con escasas oportunidades de acceder a la información o encontrar un profesor. Hoy la mayoría de las respuestas están disponibles en nuestros teléfonos inteligentes y son accesibles 24 horas al día, 7 días a la semana. Aun así, según las estadísticas, las personas en busca de empleo no dedican suficiente tiempo a la reeducación y la recualificación.

¿Nos proporcionará más libertad la Inteligencia Artificial?

 

La inteligencia artificial (IA) tendrá un impacto radical en nuestra sociedad y nuestra realidad política. La tecnología supondrá un cambio drástico en nuestras vidas. Pero, ¿cómo podemos garantizar que nos beneficiaremos de ella?

La revolución de la IA es claramente diferente de la anterior revolución industrial. La introducción de la maquinaria debería haber mejorado nuestras vidas al delegar el trabajo en los aparatos, pero en realidad impulsó un modo de vida en el que la distinción entre vida privada y trabajo se difumina. Según las predicciones futuristas más recientes, la IA, en cambio, nos dará la posibilidad de experimentar una nueva forma de vida, dotada de más tiempo para nosotros mismos, que nos libere de obligaciones, como trabajos físicamente intensos y estresantes.

Sin embargo, hay que tener en cuenta una cuestión importante. En una sociedad en la que los algoritmos estarán a cargo de las decisiones más importantes, ¿podemos seguir definiéndonos como libres? ¿Qué normas y límites deberíamos imponer a la IA para estar seguros de que ganaremos en libertad y no seremos "dominados por las máquinas"?

Hay 3 teorías interesante que pueden dar respuesta:

1.    Teoría de la Libertad de Autodeterminación de John Stuart Mill: esta teoría sostiene que las personas tienen el derecho a gozar de libertad en sus decisiones, siempre que no interfieran con los derechos de los demás. Esto significa que la Inteligencia Artificial no debe usarse para controlar o manipular a las personas.

2.    Teoría de los Derechos Humanos de Jeremy Bentham: esta teoría sostiene que todas las personas tienen los mismos derechos humanos, y que estos derechos deben respetarse y protegerse. Esto implica que la Inteligencia Artificial debe utilizarse para mejorar los derechos humanos, y no para limitarlos.

3.    La Teoría de la Libertad Plena de John Searle: la cual argumenta que la Inteligencia Artificial puede proporcionar a las personas la capacidad de tomar decisiones libres e informadas sin ser restringidas por la presión social o la limitación de recursos. Esta teoría se basa en la creencia de que las personas tienen el derecho a la libertad de elección, y que la Inteligencia Artificial puede ayudar a las personas a alcanzar esta libertad. En la práctica, esto significa que la Inteligencia Artificial puede proporcionar herramientas para ayudar a las personas a tomar mejores decisiones, permitiendo que los individuos alcancen un mayor grado de autonomía. Estas herramientas pueden incluir recomendaciones sobre las mejores opciones para una situación dada, o información sobre la mejor manera de alcanzar un objetivo.

 

En resumen, está claro que la IA puede sustituir el papel de la gobernanza. Las únicas acciones necesarias son recopilar datos y fijar objetivos a corto, medio y largo plazo. Después, la IA nos indicará básicamente el mejor camino hacia esos objetivos.

La vida laboral se revolucionará del mismo modo. Ya estamos presenciando el uso de la IA en muchos campos laborales: no sólo en la fabricación, sino también en la agricultura, los servicios financieros, la sanidad y el comercio minorista.

Y, para concluir con una visión positiva, una red transatlántica de pensadores aboga actualmente por un futuro profundamente diferente para los países, que ofrece promesas seductoras: una vida con mucho menos trabajo, o sin trabajo en absoluto, más tranquila, más igualitaria, más comunitaria y familiar, más placentera, más reflexiva y más plena. Aunque esta previsión post-laboral sigue presentando problemas, ya no se percibe como una utopía.

La Red Transatlántica de Pensadores es una red internacional compuesta por académicos, investigadores, líderes políticos y otros interesados ​​en el desarrollo de un futuro mejor para los países a través de la Inteligencia Artificial. Esta red se ha comprometido a promover la investigación, el desarrollo y el uso de la Inteligencia Artificial para mejorar las condiciones de vida de las personas a nivel mundial. En particular, la red busca promover un futuro con menos trabajo y más tiempo para la familia, los amigos y la reflexión.

Algunos de los miembros clave de la Red Transatlántica de Pensadores son:

- Martin Ford, autor del libro The Rise of the Robots: Technology and the Threat of a Jobless Future

- Nick Bostrom, director del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oxford

- Eliezer Yudkowsky, fundador de Machine Intelligence Research Institute

- Fei-Fei Li, profesora de Stanford y ex directora de Google Cloud AI

- Pedro Domingos, profesor de la Universidad de Washington y autor del libro The Master Algorithm.

 

La revolución tecnológica, si se gobierna adecuadamente, nos dotará de libertad por dos razones.

En primer lugar, las sociedades basadas en la IA podrían proporcionarnos por fin a cada uno de nosotros las oportunidades básicas para planificar la vida que deseamos. En segundo lugar, nos donará el recurso más preciado que siempre se nos acaba: el tiempo. En consecuencia, los algoritmos pueden desempeñar un gran papel a la hora de garantizar la libertad.

Por último, las predicciones futuristas se fijan en las habilidades que hay que desarrollar en un entorno así. Ya no serán las de un conocimiento estrecho y especializado, sino el pensamiento lateral, la inventiva, la originalidad. Ser capaz de pensar, de criticar, de formular una opinión propia. ¿Significará esto que seremos intelectualmente libres, no dominados por ningún tipo de ideología o "sentido común" sostenido en prejuicios o principios o racionamientos retrógrados heredados?

Confiemos que, si y apostemos a que el futuro puede ser positivo para la sociedad global, si acogemos la Inteligencia Artificial como es debido ya que se nos está dando la oportunidad de lograr la emancipación humana a través de la tecnología.

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