La primavera venezolana tiene en jaque a la narcotiranía
castrista de Nicolás Maduro
Por
Dayana Cristina Duzoglou
“Nicolás Maduro es un dictador sin
pretensión legítima de poder. Nunca ha ganado la presidencia en una elección
libre y justa, y ha mantenido su control del poder encarcelando a cualquiera
que se atreva a oponerse a él".
Vicepresidente de Estados Unidos,
Mike Pence
Los venezolanos hemos
recorrido un largo camino para reconquistar nuestra democracia y nuestra
libertad y, hoy, los frutos de una incesante lucha, que deja un triste saldo de
muertos y mártires, además de un éxodo sin precedente en Latinoamérica, ya se
asoman. Se anticipa el vuelo de un Fénix llamado Venezuela, que desde las
cenizas, renace para volver a ser una república sólida y un país próspero, como
lo fuera antes de que, gracias al traidor a la patria Hugo Chávez Frías, los
Castro se apoderaran del país destruyéndolo por completo.
Desde hace 20 años, los
venezolanos hemos tratado de librarnos de un proyecto aberrante bautizado por
el sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan como “Socialismo del Siglo XXI”. El
balance de ese “socialismo” se traduce en una corrupción sin precedente (causando
un daño patrimonial en donde las pérdidas ascienden a 450.000 millones de
dólares), una crisis humanitaria que deja un saldo de más de 3 millones de
migrantes y refugiados, hambruna solo equiparable al Holodomor ucraniano, más
de 85% de pobreza, una inflación de 1.350.000% (según cálculo del FMI), escasez
y narcotráfico generalizado a nivel de Estado, que tiene además, peligrosos y
estrechos vínculos con los sangrientos y barbáricos terroristas de Hezbollah y
Hamas.
Miles de venezolanos han
sido torturados, asesinados en su lucha sin cuartel, por recobrar la libertad.
Líderes democráticos como Leopoldo López, Juan Requesens o Antonio Ledezma, han
sido encarcelados u obligados al exilio por un régimen tiránico, sin ningún
tipo de respeto por los derechos humanos.
Como dice Mary Anastasia
O'Grady en su brillante artículo “La
primavera venezolana”:
“Desde la caída del imperio
soviético no ha surgido una nación con tanta furia y determinación para
deshacerse del yugo del socialismo. Y como nunca antes, la miseria marxista no ha sido tan clara para
que la vea todo el mundo. Los venezolanos están experimentando lo que millones
de rusos, chinos, cubanos y muchos otros han sufrido”
Pero el proceso de
liberación venezolano es inédito y está muy lejos de parecerse al de las
primaveras árabes.
Manifestacion en Caracas el 23 de Enero de 2019
A excepción de Túnez, cuna
de la revolución de los jazmines, las primaveras árabes fracasaron y han
desembocado en regímenes autoritarios que aplastan las libertades y ejercen una
brutal represión contra toda disidencia. Además, han sido países en donde ISIS
se ha fortalecido y lejos de buscar
democracia, buscan erradicar y destruir el progreso y la evolución del mundo
occidental con sus ideales radicales islámicos.
Por el contrario, el gen
democrático de los venezolanos ha prevalecido ante las ideas castrocomunistas
que jamás calaron en Venezuela, en donde son precisamente los jóvenes nacidos
en estos 20 años de “revolución” los que se han plantado con firmeza ante sus
desmanes y miseria.
Ese “gen democrático de
los venezolanos”, además del valioso apoyo de las democracias más sólidas del
mundo, solo puede avizorar una victoria a largo plazo y una recuperación rápida
hacia la prosperidad y la paz. Venezuela, es sinónimo de democracia y sus
antecedentes democráticos de 40 años, dejaron huellas y valores profundos e
inalterables en un pueblo de alma alegre, que aprendió a vivir en abundancia,
así como en libertad desde tiempos independentistas.
Podríamos decir que la
inédita primavera venezolana, despertó a Latinoamérica, que reaccionó mayoritariamente
erradicando y neutralizando democráticamente al Foro de Sao Paulo. Brasil,
Argentina, Chile, Colombia, Perú y Ecuador, hoy son países enrumbados a la
construcción de democracias más sólidas, modernas, prósperas y transparentes. Incluso, Estados Unidos tiene hoy un
liderazgo más consistente en sus valores democráticos de los se tuvieron con el
Presidente Obama a la cabeza, Presidente que le dio la espalda a Venezuela y
nunca tuvo firmeza ante la tiranía venezolana y, buscando estrechar lazos con
la satrapía cubana (ignorando por completo la represión y las violaciones de
derechos humanos de los Castro contra su pueblo) solo agudizó y fortaleció al
régimen castrista en su “colonización” de Venezuela. Por eso, quienes somos
parte de la sociedad democrática venezolana, no podemos más que agradecer los
esfuerzos del Presidente Donald Trump, del vicepresidente Mike Pence y del
excelentísimo Senador Marco Rubio por el apoyo incondicional que nos han dado
en esta compleja lucha. También es invaluable el apoyo del honorable demócrata
Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien no ha cesado un instante en
su lucha por el regreso de la democracia en Venezuela.
El panorama en
Latinoamérica es alentador, solo falta Bolivia, Nicaragua, Cuba y ahora México
para tener un continente libre de la ideología fracasada del socialismo. Quizás
un efecto dominó surja después de que los venezolanos logremos recuperar
nuestra democracia y nuestra libertad y falte poco para ver, finalmente, a Cuba
libre.
Mientras tanto,
Venezuela sigue en resistencia y de pie sabiendo que se viven los días finales
de la pesadilla. El Presidente Juan Guaidó, con valentía y entereza, va dando
pasos firmes en la difícil lucha contra los invasores castristas y los Carteles
de la droga que encabezan quienes hoy usurpan el poder.
El reconocimiento de la
legalidad de la Asamblea Nacional, así como de la Presidencia interina de
Guaidó por parte de las democracias más sólidas del mundo, aceleran la caída de una narcodictadura cada
vez más débil, aislada y acorralada. Juan Gerardo Guaidó tiene además, a todo
el pueblo venezolano respaldando su legalidad y su gestión (cuenta con un 83.7%
de apoyo según la prestigiosa encuestadora Meganálisis, respaldo que ni el
carismático tirano Chávez tuvo en su momento).
Presidente Encargado Juan Guaidó
Quizás, el mayor logro
del joven Presidente Guaidó, además de los logros políticos que día a día va
sumando, es el haber logrado la unidad superior que tanto anhelábamos los
venezolanos, reactivando la esperanza, esperanza que se siente en las calles y que
es el motor y la fuerza que se necesita para terminar de execrar a los narco criminales
que, ya en jaque, saben que terminarán, en el mejor de los escenarios como Slobodan
Milosevic (quien murió encerrado en su
celda en la unidad de detención de Naciones Unidas), o en el peor escenario,
como los sátrapas árabes Gadafi o Sadam Hussein.
Juramentación del Presidente Juan Guaidó, apegada al art 233 de la Constitución Venezolana
Solo nos queda recordar
la frase del Generalísimo Francisco de Miranda:
¡Muera la tiranía, viva la libertad!
Dayana Cristina Duzoglou L.
Twitter: @dduzoglou
¡Excelente crónica!
ResponderEliminarBreve y pedagógica, oportuna en momentos cuando la bestia va perdiendo su poder, para quienes entienden y no entienden esta primavera.