¿Esta
llegando el fin de la mala racha en Venezuela?
“¿Cómo se incubó tanto odio y resentimiento sin que nos percatáramos
de lo que ocurría ante nuestras propias narices?”
Matías Romero, protagonista de La mala racha
De Fernando Martínez Mottola
Por Dayana
Cristina Duzoglou L.
Twitter:
@dduzoglou
Infinitas reflexiones surgen después de leer el fabuloso
libro de Fernando Martínez Mottola “La mala racha”. ¿Cuántos venezolanos no han
estado en el dilema de irse de un país donde la democracia es pasado o quedarse
y luchar para ser motores del cambio?
¿Cuántos no hemos sentido como nos han cambiado los valores? Vivimos en
una nueva Venezuela, casi irreconocible para muchos. Una Venezuela donde impera
la viveza, los antivalores, donde vemos a los funcionarios más corruptos y
amorales recibir honores, ser nombrados “Embajadores” y ser promovidos a
Ministros o Jueces del Tribunal Supremo de Justicia. Nos preguntamos día a día
¿Qué nos pasó? ¿Dónde quedó la Venezuela en donde todos éramos hermanos, la
Venezuela donde el verdadero sueño americano era posible? Como mi familia,
muchos llegaron a Venezuela de la Europa post-guerra solo con una maleta de
sueños. Una tierra inhóspita de gente amable y buena recibía con los brazos
abiertos a los extranjeros y los invitaba a amar esta Tierra de Gracia. Con
trabajo duro, honestidad y constancia, en Venezuela era posible ser próspero,
ser verdaderamente felices.
La mala racha empieza en el año de 1998. Un golpista con
mucho carisma prometió una Venezuela diferente, una Venezuela inclusiva, libre
de corrupción, de burocracia, un socialismo inédito al que le pusieron el
nombre de “Socialismo del Siglo XXI”.
En su libro “La mala racha”, Martínez Mottola nos
presenta a Matías Romero, un ex Gerente de PDVSA que es despedido después del
paro petrolero del 2002. Su esposa Helena, asume la postura de irse del país ya
que priva su instinto maternal de llevarse a sus hijas a Miami, donde ella
piensa tendrán un mejor futuro. Matías, un amante de Venezuela, de El Ávila, de
las arepas, comienza a vivir el dilema entre quedarse en su país o partir un
rumbo desconocido para ser un extranjero. Hoy, después de 17 años hay una imagen y miles
de jóvenes huyen por Maiquetía, la única salida que muchos ven a un caos, a una
Dictadura.
“Nos cambiaron los valores, nos cambiaron los principios.
Lo que antes era bueno, ahora es malo, el
que era un héroe ahora es un villano
“dice el escritor, Fernando Martínez Mottola a explicar la realidad
venezolana del día a día.
El contraste entre la Venezuela hospitalaria que muchos
veían como destino final, ahora se ha convertido en una fábrica de emigrantes
que se va del país. Los que se van –dice el autor- se van pero extrañando
siempre a su tierra natal y los que se quedan, sienten la preocupación de ser
las próximas víctimas de la inseguridad.
En la ópera prima de Martínez Mottola, el lector puede
entender fácilmente el porqué de la lucha de quienes no creen en la mal llamada Revolución, se puede vivir la
posición de millones de venezolanos que entre protestas marchas y colas, día a
día manifiestan su acentuada molestia por acercarnos a el modelo cubano en
donde “los balseros” que salen de la Isla para un destino mejor, en Venezuela
son llamado “los balseros del aire”.
Dicen Fernando Mires en su análisis del libro que “las
rachas las atribuimos a la suerte o al destino” y me pregunto ¿Es realmente
este caos de sangre, odio y violencia lo que Venezuela se merece? ¿O quizás es
simplemente un karma colectivo en que tenemos que aprender a ver a Venezuela
como el tesoro que es y no como un negocio o un país para maltratar y explotar?
Se avecina el 6 de Diciembre, unas elecciones cruciales
para avanzar a la retoma de la democracia, el punto de partida de un cambio,
que a mi parecer, no radica en en el número de parlamentarios que la
alternativa democrática logre obtener ya que sabemos que en una Dictadura, todo
es una farsa. El principio del cambio para retomar la democracia anhelada
radica en la decisión vehemente de todos los que amamos a Venezuela en cambiar
nuestra “mala racha”, salir de la comodidad del desentendimiento, aportar como
podamos aportar para recuperar esa Venezuela grandiosa que una cuerda de
malandros facinerosos nos arrebataron. El 2016 tiene que ser el año en que
logremos la libertad de los presos políticos, el regreso de los exilados por
motivos políticos, la salida de un Narcoestado que cada día está más
desacreditado en el mundo y que se asoma al mundo como lo que es, un Estado
fallido aliado a las peores causas de la humanidad.
Al final de la novela, Martínez Mottola logra
contagiarnos de esperanza, ya que su protagonista, Matías, no se deja vencer
por la perversidad, ni por los chantajes. Su victoria es superior, porque aun y
cuando el deterioro va infectando a todos, cuando todos parecen tener un
precio, Matías logra conservar su integridad moral, algo que no tiene precio y
que será el capital humano con que muchos contarán para construir la Venezuela
cuyo destino estoy segura es, volver al hilo Constitucional y ser de nuevo, la
democracia más sólida de Latinoamérica.
“La mala racha”, un libro que todo demócrata debe leer.
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