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martes, 8 de diciembre de 2015

¡Viva Venezuela Libre!



¡Viva Venezuela Libre!

Una visión personal sobre las elecciones del 6D

Por Dayana Cristina Duzoglou
Twitter: @dduzoglou


“Derribar y destruir es muy fácil. Los héroes son aquellos que construyen y que trabajan por la paz”
Nelson Mandela


Las elecciones Parlamentarias en Venezuela que se llevaron a cabo este 6 de Diciembre marcan una nueva fecha en la historia de este país de Libertadores. La sociedad democrática como protagonista, demostró que la constancia y el empeño de apostar por los instrumentos que nos brinda la Constitución podían definitivamente imponerse ante un Régimen que habiendo secuestrado los poderes, pensó que podía a su vez secuestrar el alma libertaria de un pueblo que está acostumbrado a ser próspero, grande y luchador. Como dijo el Presidente de España “pese a la adversidad, se impuso el espíritu cívico de los venezolanos”,  un pueblo que nunca pierde la fe y nunca baja los brazos.

Nunca imaginamos que el Alto Mando Militar tomara la decisión sabia de hacer respetar la voluntad del pueblo. Creo que los héroes institucionales de las FANB probaron que todavía son una Institución honorable al servicio de los ciudadanos y a pesar de sus errores, cambiaron el rumbo de Venezuela hacia el destino merecido. 

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se adjudica el acierto de ir con una tarjeta única dejando de lado intereses personales y ahora tienen la responsabilidad de dar la talla. Lo primero que deben hacer es entender que este triunfo es de un pueblo que votó por salir de un Régimen Dictatorial y hambreador más que votar por ellos, ya que fueron muchos los errores y las omisiones que la MUD  cometió, aunque es entendible que  nunca pudieron decirnos cuál era su agenda Parlamentaria ya que en Dictadura es imposible implementar una agenda democrática desde una minoría. Los ciudadanos  votamos casi a ciegas, fue fundamentalmente un voto castigo pero siempre estuvimos consientes que nuestro voto podía ser el cambio y el martillazo que derrumbara el muro que separa el caos y la violencia de la paz y la libertad. Los diputados de la alternativa democrática no pueden volver a ser señalados por sus inasistencias o inconsistencias y tienen una misión muy compleja y muy seria que será el pilar del cambio de la Venezuela del futuro que debe definitivamente debe estar a la altura de países como los que conforman la Alianza del Pacifico. 

Pero no es la hora de reclamos, es la hora del apoyo, de la unidad superior de las que nos ha hablado tanto el Embajador Diego Arria, es la hora de la reconstrucción y de reconocer esfuerzos como el de Leopoldo López, Maria Corina Machado y Antonio Ledezma, que dieron todo sin mezquindades para que hoy, pudiéramos dar el primer paso en la retoma de nuestra Democracia.   Es la hora, como dice nuestro gran Alcalde Mayor Antonio Ledezma de " la grandeza de alma, de interpretar con humildad esta voluntad del pueblo y consolidar la unidad de toda Venezuela".

La retoma de la democracia en Venezuela es también, la consolidación de un nuevo rumbo para Latinoamérica, para el desarrollo de verdad y no para alimentar ideologías parásitas de izquierda que solo traen involución.  

Seguimos bajo el yugo de un poder ejecutivo en control de neo Dictadores, pero la desconexión de estos pocos es tan grande que, si no hay rectificación, si no hay cambios en el sector económico, ese poder ejecutivo podría no culminar su periodo ya que ahora la mayoría con el apoyo del Alto Mando Militar puede ejercer los cambios democráticos para que no sigan las violaciones de Derechos Humanos, para que no se siga pisoteando la Constitución y sus principales enunciados. Pasamos como bien describe Luis Yslas, de la etapa “del petróleo en gotas, a la democracia en gotas”. Las primeras gotas de democracia que se deben implementar desde el Parlamento son trabajar en una Amnistía de presos políticos, empujar el regreso de los exilados políticos así como de todos los venezolanos que decidieron irse por la carencia democrática y la recuperación de la libertad de expresión y difusión de todo lo que se discuta y debata en el Hemiciclo del Parlamento, así como fomentar la libertad de expresión en todos los medios censurados, auto censurados, además del regreso de RCTV.

Lo que se podrá lograr con una mayoría calificada es un avance inmenso para la retoma de la democracia. Con la  mayoría calificada de 3/5 se puede destituir al Vicepresidente de la Republica y a los Ministros. Se puede también sancionar leyes habilitantes.  

Con la mayoría calificada de 2/3, se puede realizar la iniciativa para una Asamblea Nacional Constituyente, aprobar al representante del poder ciudadano, remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, crear o suprimir Comisiones Permanentes, entre otras atribuciones. 

Nos espera un camino largo de reconstrucción, el paso lo debe dictar la humildad, la unidad monolítica para ir recuperando todos los poderes y para implementar los instrumentos necesarios para que esto suceda y sobre todo, la inclusión de quienes todavía creen en un proyecto que no debe ser desmantelado, no puede ser propaganda, no debe seguir humillando a la población a colas y dadivas que dependan de un apoyo político y que debe ser realmente eficiente y de primera calidad. 

Venezuela renace como el Fénix gracias al triunfo de la democracia y del civismo de una población noble y constante. Queda en manos de la clase política el gran giro que se merece Venezuela, nosotros los ciudadanos demócratas estamos felices de ser parte del cambio y por amor a Venezuela, siempre entregaremos el alma. NO nos merecemos ser un Narcoestado.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Esta llegando el fin de la mala racha en Venezuela?



¿Esta llegando el fin de la mala racha en Venezuela?


“¿Cómo se incubó tanto odio y resentimiento sin que nos percatáramos de lo que ocurría ante nuestras propias narices?”

Matías Romero, protagonista de La mala racha

De Fernando Martínez Mottola


Por Dayana Cristina Duzoglou L.


Twitter: @dduzoglou



Infinitas reflexiones surgen después de leer el fabuloso libro de Fernando Martínez Mottola “La mala racha”. ¿Cuántos venezolanos no han estado en el dilema de irse de un país donde la democracia es pasado o quedarse y luchar para ser motores del cambio?  ¿Cuántos no hemos sentido como nos han cambiado los valores? Vivimos en una nueva Venezuela, casi irreconocible para muchos. Una Venezuela donde impera la viveza, los antivalores, donde vemos a los funcionarios más corruptos y amorales recibir honores, ser nombrados “Embajadores” y ser promovidos a Ministros o Jueces del Tribunal Supremo de Justicia. Nos preguntamos día a día ¿Qué nos pasó? ¿Dónde quedó la Venezuela en donde todos éramos hermanos, la Venezuela donde el verdadero sueño americano era posible? Como mi familia, muchos llegaron a Venezuela de la Europa post-guerra solo con una maleta de sueños. Una tierra inhóspita de gente amable y buena recibía con los brazos abiertos a los extranjeros y los invitaba a amar esta Tierra de Gracia. Con trabajo duro, honestidad y constancia, en Venezuela era posible ser próspero, ser verdaderamente felices. 

La mala racha empieza en el año de 1998. Un golpista con mucho carisma prometió una Venezuela diferente, una Venezuela inclusiva, libre de corrupción, de burocracia, un socialismo inédito al que le pusieron el nombre de “Socialismo del Siglo XXI”. 

En su libro “La mala racha”, Martínez Mottola nos presenta a Matías Romero, un ex Gerente de PDVSA que es despedido después del paro petrolero del 2002. Su esposa Helena, asume la postura de irse del país ya que priva su instinto maternal de llevarse a sus hijas a Miami, donde ella piensa tendrán un mejor futuro. Matías, un amante de Venezuela, de El Ávila, de las arepas, comienza a vivir el dilema entre quedarse en su país o partir un rumbo desconocido para ser un extranjero.  Hoy, después de 17 años hay una imagen y miles de jóvenes huyen por Maiquetía, la única salida que muchos ven a un caos, a una Dictadura.



“Nos cambiaron los valores, nos cambiaron los principios. Lo que antes era bueno, ahora es malo,  el que era un héroe ahora es un villano  “dice el escritor, Fernando Martínez Mottola a explicar la realidad venezolana del día a día.

El contraste entre la Venezuela hospitalaria que muchos veían como destino final, ahora se ha convertido en una fábrica de emigrantes que se va del país. Los que se van –dice el autor- se van pero extrañando siempre a su tierra natal y los que se quedan, sienten la preocupación de ser las próximas víctimas de la inseguridad. 

En la ópera prima de Martínez Mottola, el lector puede entender fácilmente el porqué de la lucha de quienes no creen en  la mal llamada Revolución, se puede vivir la posición de millones de venezolanos que entre protestas marchas y colas, día a día manifiestan su acentuada molestia por acercarnos a el modelo cubano en donde “los balseros” que salen de la Isla para un destino mejor, en Venezuela son llamado “los balseros del aire”. 

Dicen Fernando Mires en su análisis del libro que “las rachas las atribuimos a la suerte o al destino” y me pregunto ¿Es realmente este caos de sangre, odio y violencia lo que Venezuela se merece? ¿O quizás es simplemente un karma colectivo en que tenemos que aprender a ver a Venezuela como el tesoro que es y no como un negocio o un país para maltratar y explotar?

Se avecina el 6 de Diciembre, unas elecciones cruciales para avanzar a la retoma de la democracia, el punto de partida de un cambio, que a mi parecer, no radica en en el número de parlamentarios que la alternativa democrática logre obtener ya que sabemos que en una Dictadura, todo es una farsa. El principio del cambio para retomar la democracia anhelada radica en la decisión vehemente de todos los que amamos a Venezuela en cambiar nuestra “mala racha”, salir de la comodidad del desentendimiento, aportar como podamos aportar para recuperar esa Venezuela grandiosa que una cuerda de malandros facinerosos nos arrebataron. El 2016 tiene que ser el año en que logremos la libertad de los presos políticos, el regreso de los exilados por motivos políticos, la salida de un Narcoestado que cada día está más desacreditado en el mundo y que se asoma al mundo como lo que es, un Estado fallido aliado a las peores causas de la humanidad. 

Al final de la novela, Martínez Mottola logra contagiarnos de esperanza, ya que su protagonista, Matías, no se deja vencer por la perversidad, ni por los chantajes. Su victoria es superior, porque aun y cuando el deterioro va infectando a todos, cuando todos parecen tener un precio, Matías logra conservar su integridad moral, algo que no tiene precio y que será el capital humano con que muchos contarán para construir la Venezuela cuyo destino estoy segura es, volver al hilo Constitucional y ser de nuevo, la democracia más sólida de Latinoamérica.

“La mala racha”, un libro que todo demócrata debe leer.