Elecciones Parlamentarias en
Venezuela ¿Bajo la lupa mundial?
“Una nación sin elecciones libres es una nación sin voz,
sin ojos y sin brazos”
Octavio Paz
Por Dayana Cristina Duzoglou L
@dduzoglou
El pasado 10 de Noviembre, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas hizo pública una carta abierta dirigida a Tibisay Lucena que definitivamente pasará a la historia de la OEA y de la democracia Latinoamericana. Esta carta surge dada la negativa del CNE a aceptar observación electoral creíble, implementando una figura que no tiene legalidad que es la de “acompañantes electorales” que, en su mayoría, son aliados del “Gobierno” desde tiempos de Chávez pertenecientes al ALBA, UNASUR, entre otras Organizaciones que no incluyen la OEA. En su carta, Almagro lamenta que “el rechazo se fundara en un posicionamiento político y no en los argumentos que hacen a la justicia y a las garantías necesarias para el desarrollo de un proceso electoral”. Es interesante ver como el Secretario General de la OEA señala en su carta que “el trabajo de justicia electoral trasciende las posiciones políticas y que debe responder a las necesidades de todos los partidos políticos”. Afirma Almagro en su Carta, que el ofrecimiento de observación electoral por parte de la OEA, responde al pedido reiterado de la oposición, al igual que reitera que la justicia electoral tiene que ser resguardada por la OEA ya que la misma es el requisito fundamental del buen funcionamiento de las democracias de la región y que este resguardo jamás se puede calificar de injerencia, sino al contrario, “una observación internacional les brindaría a todos los venezolanos mayor tranquilidad de espíritu a la hora del conteo de los votos.
Almagro
enumera también, una cantidad de denuncias que ha recibido sobre “ventajismo
del sector oficial” en donde la autoridad electoral “lejos de garantizar las
condiciones de plena igualdad (…), reproducen el discurso oficial y aumentan la
desconfianza del electorado”.
Señalo
también el Secretario General que el Estado de excepción existente en 23
Municipios de tres Estados, limitan los derechos electorales de sus pobladores
y eliminan “efectivamente la posibilidad de
realizar campaña en dichos municipios”.
Almagro
también nombra en su Carta, la grave situación que existe en Venezuela con
respecto a la libertad de prensa y de expresión. Lamentablemente esos derechos
después de esta Carta siguen siendo vulnerados, hasta el punto de que en pleno
evento electoral, un dirigente opositor fue asesinado por bandas
delincuenciales ligadas estrechamente al Presidente de la Asamblea Nacional,
Diosdado Cabello, quien también últimamente ha sido vinculado al narcotráfico
por ser presuntamente la cabeza del “Cartel de los Soles”.
En la última
parte de la Carta, Almagro se refiere a la condena del líder opositor Leopoldo
López. Considera que “este fallo pone en manos de interpretaciones judiciales
muy subjetivas la interpretación de los discursos políticos opositores y
derecho a la asociación que significa la constitución de movimientos
políticos”. Por esto, insiste en las garantías que debe haber ante el discurso
político de los opositores y el derecho a la asociación. Termina diciendo: “Recuerde señora Lucena que
solamente el pueblo proscribe y proscribe a través del voto”.
Sin duda
alguna y porque el Gobierno Venezolano tiene etiqueta de tiranía, narcotráfico
y terrorismo, el mundo hoy tiene puestos los ojos en el proceso electoral del 6
de Diciembre, proceso que puede dar paso a un cambio de sistema y una reacción
popular contundente, si el oficialismo se atreviera, como veces anteriores a
cometer un fraude y traicionar la voluntad de los venezolanos.
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